Irán es un estado de Oriente Medio, históricamente conocido como Persia. Cuenta con un amplio patrimonio cultural, reflejo de la riqueza histórica del país. Esta riqueza queda patente también en sus tradiciones y gastronomía.
En Irán cocinar es un arte, una acto de generosidad y amor, una experiencia que nos gusta compartir con nuestros familiares y amigos. Es por ello que los iraníes pasamos mucho tiempo en la cocina y alrededor de la mesa, disfrutando de la intensidad del gusto de nuestros platos, de su aroma y presencia.
Los principales tesoros de la cocina iraní son las cazuelas (khoresht) de carne o pollo o pescado (mahi) siempre acompañados de diferentes verduras, y arroz basmati (polow) o legumbres.
La fruta y las especias aportan a nuestros platos vivos colores y la armonía entre lo dulce y lo ácido. Éste es el principal rasgo diferenciador de la gastronomía persa con la cocina de otros países del medio oriente. La comida persa no es picante
Habitualmente las mesas presentan un aspecto muy atractivo, dado que servimos todos los platos a la vez. En toda mesa iraní nunca faltan las verduras, la carne y el té.
Y es que tan importante como los alimentos son los condimentos. Las especias son aromatizantes que se utilizan para sazonar los alimentos. Olores y sabores exóticos, que potencian nuestra sensibilidad, haciéndonos más receptivos a todo cuento nos rodea.
El azafrán, el jengibre, el comino, la cúrcuma, la canela, la nuez moscada, el cardamomo, y muchas más, son una constante en nuestra cocina. Y, entre todas ellas, destaca el “somag”, una especia de sabor muy suave que se utiliza para sazonar las carnes.
Además de las especias, también se utilizan lácteos, como el yogur (maast). Con él preparamos distintas salsas. Salsas con las que acompañar un buen numero de platos. El yogur, de hecho, también se utiliza para preparar algunas sopas, que en Irán reciben el nombre de “Ash”.
El plato tradicional por excelencia es el “Chelo Kabab”, cuya preparación es todo un rito. Se presenta a nuestros invitados en bandejas de porcelana.
La repostería persa es realmente variada. El sabor de sus postres va desde el dulce más intenso hasta el agridulce. No obstante, la fruta es el punto y final preferido tanto para iraníes como para los extranjeros que nos visitan.
La fruta en Irán es de gran calidad. De sabor intenso y sabroso, es un auténtico placer para el paladar. Pero también para el olfato y la vista, por su dulce aroma y vivos colores. Y si nuestra elección son unas uvas (angur), de las que existen más de setenta variedades, el éxito está garantizado.
Después de cada comida o cena, es casi obligado tomar el té o "chai". Además, servimos té como un gesto de hospitalidad a nuestros invitados, por lo que no conviene rechazarlo. Nunca se sirve con leche, lo tomamos con un "cubo" de azúcar en la boca que se va deshaciendo mientras bebamos el té. Su sabor es merecedor de ser degustado en una típica tetería iraní, mientras disfrutamos de la música tradicional y una bailarina ameniza la velada.
En Irán decimos “la comida sabe mejor si tienes invitados con quien compartirlo” y desde Sabores de Persia te invitamos a llevarlo a la práctica.
Tú solo tienes que disfrutar de la velada.
Nosotros nos encargamos de todo lo demás.
gracias
ResponderEliminarGracias excelentes aportaciones que me servirán para enriquecer la clase de cocina de Medio Oriente
ResponderEliminar